Beatificación de la Madre María de la Purísima
Madre María Purísima elevada a los altares en el estadio de La Cartuja
Angelo Amato: "Sevilla es la ciudad de la gracia divina"
La ceremonia, presidida por la Macarena, ha contado con la asistencia de 45.000 personas.
Redacción, 18 de septiembre de 2010 a las 14:05
Asenjo: "Las Hermanas de la Cruz son la admiración de Sevilla"
Hermanas de la Cruz
La beatificación de Madre María de la Purísima en el estadio de La Cartuja de Sevilla con la asistencia de unas 45.000 personas, según el CEOP, engrandece a las humildes Hermanas de la Cruz a la que pertenecía esta beata y cuya fundadora, Santa Ángela, ya fue beatificada y canonizada por Juan Pablo II.
Esta beatificación, la segunda de las Hermanas de la Cruz en su poco más de siglo de existencia, ha sido presidida por la imagen de La Macarena, que ha salido por primera vez del casco histórico para cruzar el antiguo cauce del Guadalquivir y adentrarse en la isla de La Cartuja.
El traslado de La Macarena desde su basílica, de donde salió sobre las 3:00, hasta el estadio de La Cartuja, adonde llegó a primera hora de la mañana, ha sido acompañado por unas 60.000 personas, según el CECOP, que han querido contemplar la hasta hoy inédita imagen de esta popularísima Virgen peregrinando por el modernista puente del Alamillo o, al amanecer, por el parque del mismo nombre.
Las Hermanas de la Cruz mantienen una estrecha vinculación con La Macarena, a cuya coronación asistieron como testigos y cuyo paso se detiene cada Viernes Santo ante la casa madre de esta compañía cuando regresa a su basílica tras su estación de penitencia.
A la beatificación han asistido los cardenales Amigo Vallejo, Rouco Varela y García Gasco; el prefecto de la Congregación de Santos, Ángelo Amato; el nuncio en España, Renzo Fratini; una treintena de prelados, entre ellos, el nuncio en Rumanía, Javier Lozano, o el obispo de la diócesis argentina de Añatuya, Adolfo Armando Uriona, y seiscientos sacerdotes.
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha destacado que las Hermanas de la Cruz, "con su pobre y tosco sayal, son la admiración de Sevilla y de todas aquellas poblaciones de Andalucía, España, Italia y Argentina donde tienen sus casas porque viven el Evangelio químicamente puro, con toda su belleza y radicalidad".
La rápida beatificación de Madre María de la Purísima ha sido posible tras serle atribuida la milagrosa curación de la niña Ana María Rodríguez Casado, que nació sin la vena cava inferior y con una cardiopatía congénita en 2001 en La Palma del Condado y quien ha recibido su primera comunión en el estadio de La Cartuja entre los aplausos de las decenas de miles de asistentes.
El traslado del paso de La Macarena del altar a la capilla provisional levantada al otro lado del estadio, entre vítores y aplausos, ha sido el punto final festivo a una beatificación que, según el cardenal Amato, hace que Sevilla, "la ciudad de la gracia", sea ahora "la ciudad de la gracia divina". (RD/Efe)
Esta beatificación, la segunda de las Hermanas de la Cruz en su poco más de siglo de existencia, ha sido presidida por la imagen de La Macarena, que ha salido por primera vez del casco histórico para cruzar el antiguo cauce del Guadalquivir y adentrarse en la isla de La Cartuja.
El traslado de La Macarena desde su basílica, de donde salió sobre las 3:00, hasta el estadio de La Cartuja, adonde llegó a primera hora de la mañana, ha sido acompañado por unas 60.000 personas, según el CECOP, que han querido contemplar la hasta hoy inédita imagen de esta popularísima Virgen peregrinando por el modernista puente del Alamillo o, al amanecer, por el parque del mismo nombre.
Las Hermanas de la Cruz mantienen una estrecha vinculación con La Macarena, a cuya coronación asistieron como testigos y cuyo paso se detiene cada Viernes Santo ante la casa madre de esta compañía cuando regresa a su basílica tras su estación de penitencia.
A la beatificación han asistido los cardenales Amigo Vallejo, Rouco Varela y García Gasco; el prefecto de la Congregación de Santos, Ángelo Amato; el nuncio en España, Renzo Fratini; una treintena de prelados, entre ellos, el nuncio en Rumanía, Javier Lozano, o el obispo de la diócesis argentina de Añatuya, Adolfo Armando Uriona, y seiscientos sacerdotes.
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha destacado que las Hermanas de la Cruz, "con su pobre y tosco sayal, son la admiración de Sevilla y de todas aquellas poblaciones de Andalucía, España, Italia y Argentina donde tienen sus casas porque viven el Evangelio químicamente puro, con toda su belleza y radicalidad".
La rápida beatificación de Madre María de la Purísima ha sido posible tras serle atribuida la milagrosa curación de la niña Ana María Rodríguez Casado, que nació sin la vena cava inferior y con una cardiopatía congénita en 2001 en La Palma del Condado y quien ha recibido su primera comunión en el estadio de La Cartuja entre los aplausos de las decenas de miles de asistentes.
El traslado del paso de La Macarena del altar a la capilla provisional levantada al otro lado del estadio, entre vítores y aplausos, ha sido el punto final festivo a una beatificación que, según el cardenal Amato, hace que Sevilla, "la ciudad de la gracia", sea ahora "la ciudad de la gracia divina". (RD/Efe)
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